Madrugamos un poco para comenzar nuestra primera aventura en
solitario por D.F. Destino Teotihuacán
Con las indicaciones de Marcos llegamos sin problemas al metro, y
después de un transbordo con una andada de unos 7 minutos para coger la segunda
línea de metro llegamos a la estación de autobuses. Nos montamos en el bus y después
de la grabación de seguridad en cámara de video de todos los pasajeros que nos
encontramos en él, nos ponemos en marcha. A mitad de viaje suben a cantar unas
rancheritas una para amenizarnos el trayecto y en apenas una horita estamos en
las ruinas.
Teotihuacán es la antigua capital de la primera gran
civilización del centro de México. Comenzamos la visita por la ciudadela en la
que al final se encuentra un templo con una fachada adornada con tallas de una
serpiente emplumada.
A partir de allí, tomamos rumbo a las pirámides que se ven a
lo lejos, pero nos separan unos 3 km hasta llegar a la última, La pirámide la
Luna. Menos mal que el día está un poco nublado, porque esa caminata con sol,
debe ser agotadora. Recorremos la “Calzada de los muertos” y por fin llegamos a
la Pirámide del Sol. Una larga escalinata nos espera para llegar arriba pero,
con un par de paradas para ver las vistas a mitad de camino, se hace llevadera.
La Pirámide del Sol es la tercera más alta del mundo. A
diferencia con la de Keops en Egipto en la fachada las piedras son bastante más
pequeñas, pero es increíble pensar como pudieron construirla. Arriba las vistas
de todas las ruinas son impresionantes.
Bajamos ayudándonos de las sirgas y continuamos hasta el
final del camino donde se encuentra la Pirámide de la Luna, aunque a ella solo
está permitido subir hasta la mitad.
Visitamos otro apartado con unos frescos y el museo y
volvemos a coger el autobús para regresar a D.F.
La tarde la pasamos con Mª Luisa y la peques visitando un
mercado de artesanía y el centro en busca de unas atracciones que nos cierran
al llegar… Menudo disgusto se llevaron las pobres…
No hay comentarios:
Publicar un comentario