Comenzamos con madrugón nuestra aventura del 2014. Cogemos
el bus de las 7.50 para llegar a Barajas y de ahí volar a Cancún.
El viaje en bus tranquilo. Como siempre que lo hacemos hacia
Madrid, con paradita en Lodares para
echar el bocata y coger energías para la que sabemos va a ser una larga
jornada.
Llegamos a Barajas con bastante tiempo. Hacemos el cambio de
terminal de T4 a T1 y enseguida asignan nuestros mostradores para facturar. Volamos
con Pullmantur, y en poco tiempo nos damos cuenta de lo que eso significa:
enormes colas de gente con grandes maletones dispuestos a pasar diez días de
sol, playa y todo incluido en sus vacaciones… Como dato, éramos las dos únicas
personas con mochilas de todo el vuelo.
El resto de los trámites hasta montar en el avión sin
incidentes.
El vuelo, creo que podemos decir que de lo peorcito que
hemos sufrido, en cuanto a distancias largas. No funcionaban ni las pantallas
de los asientos, ni el sonido. Por no hablar de que a parte de las comidas
establecidas no pasaron más que una vez a ofrecer agua durante todo el vuelo.
Por eso, a pesar de que estuve la mitad del tiempo durmiendo, se me hizo
eterno, así que no quiero ni pensar cómo lo pasó Elba.
Tras diez horas de vuelo (debido a que dimos un pequeño
rodeo para evitar una tormenta tropical) llegamos a Cancún. Al bajar del avión,
otra vez colas para pasar el control de inmigración.
Creo que la gente de aquí no se hace a la idea de que
alguien pueda llegar a un sitio sin hotel, o que quiera hacer una ruta y vaya a
volar a otro lugar… Casi no entramos en México. Menos mal que tras enseñar todas
las reservas de vuelos y la del hotel de los últimos tres días, la responsable
de la chica de la garita se quedó convencida y nos puso el sello para entrar.
Una vez pasado el primer control recogemos equipaje y a
pasar la ruleta de tener que abrir la mochila facturada o no. De eso depende
que les llegue el jamón a Marcos y María Luisa… Es Elba la que le da al botón…
Verde. 2 horas después de aterrizar, por fin podemos salir del aeropuerto.
Humedad. Mucha humedad y sensación de agobio. Eso es Cancún
a las nueve de la noche. Mañana volaremos de Cancún a DF para ver a Marcos, María Luisa, Malena y Vega.
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