viernes, 23 de agosto de 2013

21-22 Agosto - Ollantaytambo - Cuzco

Cuando pienso en un tren, inevitablemente imagino una locomotora encabezando una ordenada e interminable hilera de vagones. Bien, desde hoy esa imagen nunca más vendrá a mi cabeza. Tal vez por falta de volumen de personas a transportar, o quizá porque la apertura del monopolio que PerúRail mantenía sobre la línea de Aguas Calientes no lo permite. El caso es que viajamos a Ollantaytambo en un vagón-máquina, con capacidad para unas cincuenta personas, conductor y tripulación a parte. Algo curioso.
Nuestro tren a Ollantaytambo

El trayecto se demora un poquito debido a que al ser un recorrido de una sola vía, nuestro tren espera en un par de apeaderos a que lleguen los de la competencia.
Finalmente a las diez y unos minutos de la mañana llegamos a Ollantaytambo. Hacía calor y había bastantes  mosquitos en los apenas 500 metros que separan la estación de tren de la entrada a las ruinas.

Las ruinas no son tan grandes como las de Pisac, pero si dan idea de la fortaleza que pudo llegar a ser en su época. Tocó subir unas cuantas escaleras, y la verdad es que el esfuerzo de ayer nos pasa factura. Nuestro ritmo es bastante cansino, pero prisa no tenemos.
Vistas desde la parte alta de las ruinas
Acceso a muralla


Terrazas y baños

Terminada la visita a la parte de la fortaleza recorremos la parte de los templos, en los que se puede ver cómo los incas esculpían escalones directamente en la roca. Después la zona de los baños y con ello cerramos el recorrido.
Nos dirigimos a la plaza mayor y por 1.5 soles cada uno, tomamos una combi hasta Urubamba. Llegamos en apenas 20 minutos. La idea inicial era desde ahí visitar Salinas, Moray y Chinchero, pero estamos demasiado cansados así que mejor cogemos otra combi (esta vez por 6 soles) y directos a Cuzco.
Tras comer, volvemos a nuestro hotel. Descansamos y dedicamos la tarde a ver alguno de los museos que incluye el boleto turístico, y que todavía teníamos pendientes.
Casa de Garcilaso de la Vega
El jueves lo dedicamos a pasear tranquilamente por Cuzco, visitando alguno de los puntos de interés que nos quedaban pendientes. Así por la mañana hacemos una pequeña ruta que tras pasar por diferentes iglesias, calles y mercados, nos lleva a Qoricancha. Un templo cuyas paredes, antes de ser saqueadas estaban forradas con láminas de oro macizo. Hoy en día, sus ruinas, forman parte del convento e iglesia colonial de Santo Domingo.

A mediodía hemos preguntado en la oficina de turismo y para que no nos dieran rata por cuy, hemos ido a comer a la cuzqueñita. Un restaurante local muy grande y con enorme variedad de platos. ¿Adivináis cual ha sido nuestra elección?

Cuy

Después mercado artesanal, barrio de San Blas, piedra de los doce ángulos y cuzqueña y jugo de papaya desde una terraza de la plaza de armas para despedirnos de Cuzco.

Mañana volamos a Iquitos. Intentaremos manteneros informados.

1 comentario:

Sergi dijo...

Al final cayó el cuy eh!? Reconozco que no os había leído mucho hasta hoy mismo, pero a parte de que me alegro de que esteis disfrutando del viaje (por supuesto:) me gusta cómo lo escribís.

Un abrazo enorme