El lunes madrugamos para desayunar a las 6, ya que tenemos
que estar en la estación a las 7. Además Poroy está algo alejado de Cuzco, así
que a las 6:30 estamos cogiendo el taxi.
Tres horas y media de tren atravesando el Valle Sagrado
recorriendo 110 km. Las vistas desde el tren son increíbles. Ya estamos algo
nerviosos, el gran día se acerca.
Buscamos el hotel en Aguas Calientes y vamos
a comer algo. Este pueblecito está completamente hecho para turistas, por lo
que pierde parte de su encanto al estar rodeado de montañas. Por su puesto, los
precios también están por las nubes. Después de comer damos una vuelta por el
mercadillo artesanal, vamos a pedir un plano e indicaciones para el día
siguiente y poco más. Bueno, sí, compramos el billete de bus para subir a Machu
Picchu, y menudo susto (o timada), “sólo” nos soplan 102,60 soles… En fin,
tenemos que estar pronto para entrar a Huayna Picchu, así que no queda otra.
A las 7-7:30 nos
vamos a dormir, se ha ido la luz de todo el pueblo debido a un incendio cercano
a la hidroeléctrica de Santa Teresa. Además, mañana a las 4:20 suena el
despertador para ir a hacer fila para coger el bus hacia Machu Picchu, y
queremos entrar de los primeros.
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