Después de unas tres horitas en bus, llegamos a Nazca. Nos
sorprende muy positivamente la ciudad. Es pequeña, pero muy acogedora y
simpática. En las paredes de la avenida principal hay dibujos de las líneas y
principales atractivos de la zona.
Vamos al hotel y aunque tardan un poquito en atendernos, la
señora es muy amable y simpática. Dejamos las mochilas y vamos a dar una vuelta
porque aún están limpiando las habitaciones. Vamos a confirmar el vuelo a las
líneas del día siguiente y miramos los precios de las agencias para visitar los
lugares próximos por la tarde.
Después de instalarnos en la habitación y darnos una
duchita, vamos a ver la plaza de Armas y comemos en un restaurante muy
concurrido por la gente local.
A las 3 vamos a visitar el cementerio Chauchilla. Aunque
toca discutir un poco, ya que se retrasan 20 minutillos. Hacemos la visita con
unos chicos de Suiza. Uno de ellos lleva 6 meses viajando por América del Sur…
¡Qué envidia!
Llegamos al cementerio Chauchilla, que son unas tumbas de la
cultura Nazca en las que se ven las momias y las ofrendas y pertenencias con
las que eran enterrados. Dependiendo del nivel social eran enterrados en
solitario o en comunas, y se diferenciaban en la longitud del cabello. Cuanto
más largo mejor nivel social.
Momia |
Tumba en Chauchilla |
Después nos llevan a un taller de extracción de oro. Esta
zona es muy rica en minerales. Principalmente el oro, cobre y plata. La visita
defrauda un poco, sobretodo el trabajador que al final nos hace una
demostración en una minimaqueta a cambio de una propina…
Para terminar, vamos a un taller de cerámica. Mucho más
interesante. Nos enseñan el proceso de elaboración de la cerámica Nazca, tal y
como se creé que se realizaba en esa época. Primero se amasa el barro, después
se seca un poco al sol y se pinta con polvos de minerales, usando pinceles
hechos con cabellos de bebé. Se vuelve a dejar secar y para darle brillo,
utilizaban la grasa de la cara. Es ahora cuando se cuece en el horno. Nos
resultó curioso, ya que la elaboración es con una sola cocción, diferente a la
que estamos acostumbrados. Y damos fe de que el brillo dura, ya que tuvimos en
la mano una vasija de hace muchos, muchos años… Menudo tembleque…
Taller de cerámica Nazca |
Ya de vuelta a Nazca, Paco tuvo la gran idea de ir al
Planetario Maria Reiche. Aquí nos explicaron las investigaciones de esta
alemana sobre las líneas de Nazca y otras interpretaciones más recientes. Ya
que al día siguiente íbamos a sobrevolarlas, queríamos saber un poco más sobre
ellas. No hay acuerdo entre los investigadores, unos las relacionan con los
solsticios, otros con ofrendas a sus dioses, y esta investigadora además de
dedicar su vida a limpiarlas y barrerlas, intentó relacionarlas con las
constelaciones. Después nos enseñaron algunas constelaciones y a través del
telescopio pudimos ver Saturno.
Para terminar el día, una cenita y a dormir, que mañana a
las 8 vienen a buscarnos al hotel.
Planetario |
Mirando a Saturno |
El día 9 lo empezamos sin desayunar gracias al consejo del
dueño del hotel. Y menos mal!
Llegamos al aeródromo con otras 6 personas más, y comienzan
los nervios. Las avionetas de las diferentes compañías se ven en la pista…
¿Cómo será el vuelo? La verdad es que el despegue fue bueno, pensábamos que se
notaría más. Y al poco nos empiezan a indicar las primeras líneas. Elba al
principio casi no ve ninguna… Tenía razón nuestro compañero suizo de ayer, te
imaginas que van a ser más grandes desde el vuelo… La avioneta comienza a girar y a inclinarse
para poder ver bien las líneas y nuestro estómago también hace los mismos
giros. Vemos las líneas y geoglifos en el suelo de la cultura Nazca. Hay miles
de líneas en los alrededores de Nazca. Después de 30- 40 minutos aterrizamos.
Esta vez con el cuerpo un poco peor que cuando subimos. El vuelo está bien,
pero echamos en falta alguna explicación anterior o durante el vuelo para conocer
su origen, que por 100 dólares podrían ponerte un video… ¡Menos mal que el día
anterior fuimos al Planetario!
Geoglifo del astronauta |
Nuestra avioneta |
Geoglifo del colibrí |
Después de esperar a nuestra furgoneta un buen rato y
recuperar un poco el color volvemos a Nazca para desayunar, recoger nuestras
cosas de la habitación y dejarlas en consigna. Cogemos un taxi y vamos a ver
los acueductos de Cantallo. También construidos por la cultura Nazca para tener
agua en una de las zonas más desérticas de Perú. Menuda sorpresa nos llevamos,
nos pareció muy bonito. De allí a las ruinas de Paredones, que estaban
rehabilitando o más bien reconstruyendo. No merecen mucho la pena. Y por
último, a ver el telar. Otro geoglifo que se ve en lo alto de una colina.
Cantallo |
Tras la comida viisitamos el museo Antonini, donde se
encuentran todas las piezas de cultura nazca encontradas en el complejo de
Cahuasi (y que decidimos no visitar). El resto del a tarde lo dedicamos a pasear
y mirar tiendecitas hasta las 9 que tenemos el autobús para ir a Arequipa. Y
que caos… Llega un autobús que nos dicen que es el de las 10, y nosotros
tenemos el de las 9:15… Después de unos cuantos nervios, cogemos el bus donde
cenamos y a dormir.
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