Tras una noche en el bus, en la que pese a la manta ofrecida
por Cruz del Sur, se notó el frío de la zona, llegamos a Arequipa, conocida
como la Ciudad Blanca por sus casas e iglesias construidas con sillares de
piedra volcánica.
Llegamos sobre las 7.30 horas a la terminal terrestre, y
tras informarnos brevemente sobre la cuidad y desayunar un zumo y unas
galletas, nos trasladamos hasta la plaza de armas. Allí en la calle de la
Merced, en la primera cuadra, se encuentra Los Andes B&B. Por suerte tienen
una habitación libre. Nos alojamos, duchamos y comenzamos la visita.
Catedral |
Con el volcán Misti |
El resto de la mañana, paseamos por las calles de alrededor
viendo alguna otra iglesia e incluso ¡¡¡un par de bodas!!! Después a comer un
fantástico menú vegetariano compuesto por pasta con salsa de aceitunas, caldo,
arroz verde con plátano frito y yogurt. Todo por 7 soles, lo mismo que la
Cuzqueña que tomamos para beber.
Por la tarde, regresamos hacia plaza de armas y visitamos
Casa Melgar, de estilo colonial y muy bien mantenida para la visita turista de
rigor, así como el resto de innumerables iglesias que hay en Arequipa: San
Agustín, Jesuitas, Santo Domingo...
Entre Iglesia e iglesia, pedimos información acerca de los tours para visitar el cañón del colca y para terminar la noche nos fuimos de bares: un pisco sour y a dormir, que el día ha sido largo.
El domingo nos levantamos y tras desayunar, decidimos contratar
el tour de 1 día por el Colca y después comprar nuestros boletos a Puno. Por 55
soles, zanjamos la primera parte, pero al llegar a las oficinas de la compañía,
descubrimos que no hay sitio para el bus que queríamos. Quizá debimos hacerlo
ayer, pero ahora ya toca buscar un plan B. Finalmente vamos a la terminal de
buses y compramos el billete con Tepsa. Caso cerrado. Ya podemos disfrutar del
día.
Volvemos a plaza de armas y de allí vamos caminando hasta el
mirador de Yamahuara, donde además de una placita muy acogedora con tenderetes
de artesanía local, hay unas preciosas vistas del volcán Misti. Hacemos unas
fotos y la compra de una chompa para Paco, por algunos soles menos de lo que
piden en Arequipa.
Después y tras la caminata reponemos fuerzas con un
suculento chupe de camarones y un rocoto de carne.
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