jueves, 22 de agosto de 2013

20 Agosto- Machu Picchu- Wuaynapicchu

Empezamos el día un poco movidito. No hay luz y estamos nerviosos. Al final a las 4:50 vamos a la fila, y ya hay gente como para llenar 4 buses. Empiezan a salir a las 5:30 y el nuestro sale a los dos minutos. 
¡Qué nervios!
Comenzamos a subir entre grandes montañas, curva hacia la derecha, curva hacia la izquierda, ¿Pero dónde está? No nos extraña que los españoles no llegaran hasta aquí.  Después de 25 minutos, nos paran en la puerta. Hacemos la fila de entrada y… ¡Por fin en Machu Picchu! Siguiendo las indicaciones que nos dieron ayer, subimos a la caseta del guardián para hacer la foto típica. Por el camino empezamos a ver la ciudadela entre la niebla. ¡Es impresionante! Da una sensación de misterio que te invade. Es imposible imaginar cómo pudieron construirla.
Casa del guardián. Foto típica con niebla
 Compramos la entrada en Zaragoza, ya que hay cupo de 2500 personas diarias para entrar, y lo que es más importante, sólo 400 pueden subir al Wuaynapicchu, en dos turnos de 200, a las 7 y a las 10. Nosotros tenemos el de las 7 para que al llegar arriba se haya ido la niebla. Wuaynapicchu, significa pico joven, y es la montaña que se ve al fondo en la foto típica.
De camino a la entrada visitamos la entrada a la Ciudad Inka, el sector agrícola oeste, el sector de los templos (destacando el de las tres ventanas), y el observatorio astronómico “Intiwatana” (en el que predecían los solsticios). Da gusto caminar a esta hora porque apenas hay gente y puedes escuchar hasta el canto de los pájaros. La niebla va y viene, te deja ver unas partes y luego las vuelve a ocultar… Precioso.

Observatorio: pieza que utilizaban
para predecir los solsticios
Templo de las tres ventanas

Plaza principal

A las 7 y dos minutos estamos en la puerta de acceso a Wuaynapicchu, y hay unas cuántas personas esperando. Cuando llegan los trabajadores, empezamos a entrar y a las 7:20 comienza el ascenso.

Entrada a Wuaynapicchu

Al principio el camino no es muy complicado, pero a los 10 minutos empezamos a subir, y subir, y subir… Como no tenemos ninguna prisa nos lo tomamos con mucha calma. Vamos viendo como la niebla se mueve de un lado para el otro. Cuando ya estamos a mitad de camino se comienza a ver toda la ciudadela, aunque el pico Machu Picchu sigue estando cubierto.




Seguimos la caminata de escaleras de rocas y llegamos al primer mirador, aunque todavía no en el pico. Allí ya está todo despejado y… las vistas son impresionantes.
A pesar de lo que digan los catalanes con los que nos encontramos en ese punto, sobre que las vistas son las mismas allí que en el pico, hacemos el último esfuerzo y subimos al pico.
Pasamos por una cueva en la que la mochila no cabe con nosotros y hay que ir un rato a gatas. Unas cuantas escaleras más y… ¡Objetivo conseguido! Todo el esfuerzo ha merecido la pena.
Pico Wuaynapicchu: 2693 metros



Al llegar te sientes un privilegiado. No hay palabras para describirlo. Además, aquí arriba hay unas cuantas casitas incas. Impresionante lo que hacía esta cultura.
¡Campeón!



Después de hacer fotos y tomarnos nuestro tiempo para admirar esta maravilla, comenzamos a descender. El primer tramo de escaleras es delicado, pero despacio y con mucho cuidado no es peligroso. Al llegar otra vez a la entrada, firmamos en el libro de registro para que no nos tengan que buscar, y continuamos la visita a la ciudadela.  En total tres horitas.

Si alguien viene y se anima a subir a Wuaynapicchu, nuestra opinión es que el mejor horario es el de las 7. Conforme vas subiendo ves como va apareciendo la ciudadela y además no hace tanto calor como a las 10, que es cuando empieza el siguiente grupo a subir.

Continuamos visitando la ciudadela, pasamos por el templo del Cóndor, las casas incas, las fuentes, el templo del sol, los qolqas (depósitos) y el sector agrícola este. Seguimos asombrados de cómo pudieron construir esta ciudad aquí.



Salimos a tomar un refrigerio, que después de tanto esfuerzo, nos lo hemos ganado!
Antes de marcharnos, volvemos al recinto del guardián para volver a tomar la típica foto, esta vez sin niebla.
El pico del fondo es el Wuaynapicchu. Sí, hasta allí subimos.



Tomamos el bus y volvemos al hotel para darnos una ducha y comer. Sueño conseguido.
No es posible elegir entre todas las maravillas que hemos visto, pues cada una tiene su encanto: las Pirámides, el Coliseo, el Taj Mahal, Petra. Pero por la ubicación y grandeza, quizás sea la que más nos ha impresionado.

Merece la pena madrugar ya que parece que existan dos MachuPicchu: el de primera hora, misterioso; y el de media mañana, imponente y brillante.


1 comentario:

Rafa dijo...

muy bien chicos!!!
seguid disfrutando del viaje y haciendonos disfrutar a nosotros también.
un besote
Rafa