Empezamos el día un poco movidito. No hay luz y estamos
nerviosos. Al final a las 4:50 vamos a la fila, y ya hay gente como para llenar
4 buses. Empiezan a salir a las 5:30 y el nuestro sale a los dos minutos.
¡Qué nervios! |
Comenzamos a subir entre grandes montañas, curva hacia la derecha, curva hacia
la izquierda, ¿Pero dónde está? No nos extraña que los españoles no llegaran
hasta aquí. Después de 25 minutos, nos
paran en la puerta. Hacemos la fila de entrada y… ¡Por fin en Machu Picchu!
Siguiendo las indicaciones que nos dieron ayer, subimos a la caseta del
guardián para hacer la foto típica. Por el camino empezamos a ver la ciudadela
entre la niebla. ¡Es impresionante! Da una sensación de misterio que te invade.
Es imposible imaginar cómo pudieron construirla.
Casa del guardián. Foto típica con niebla |
De camino a la entrada visitamos la entrada a la Ciudad
Inka, el sector agrícola oeste, el sector de los templos (destacando el de las
tres ventanas), y el observatorio astronómico “Intiwatana” (en el que predecían
los solsticios). Da gusto caminar a esta hora porque apenas hay gente y puedes
escuchar hasta el canto de los pájaros. La niebla va y viene, te deja ver unas
partes y luego las vuelve a ocultar… Precioso.
Observatorio: pieza que utilizaban para predecir los solsticios |
Templo de las tres ventanas |
Plaza principal |
A las 7 y dos minutos estamos en la puerta de acceso a
Wuaynapicchu, y hay unas cuántas personas esperando. Cuando llegan los
trabajadores, empezamos a entrar y a las 7:20 comienza el ascenso.
Entrada a Wuaynapicchu |
Al principio
el camino no es muy complicado, pero a los 10 minutos empezamos a subir, y
subir, y subir… Como no tenemos ninguna prisa nos lo tomamos con mucha calma.
Vamos viendo como la niebla se mueve de un lado para el otro. Cuando ya estamos
a mitad de camino se comienza a ver toda la ciudadela, aunque el pico Machu
Picchu sigue estando cubierto.
Seguimos la caminata de escaleras de rocas y llegamos al
primer mirador, aunque todavía no en el pico. Allí ya está todo despejado y…
las vistas son impresionantes.
A pesar de lo que digan los catalanes con los que nos
encontramos en ese punto, sobre que las vistas son las mismas allí que en el
pico, hacemos el último esfuerzo y subimos al pico.
Pasamos por una cueva en la
que la mochila no cabe con nosotros y hay que ir un rato a gatas. Unas cuantas
escaleras más y… ¡Objetivo conseguido! Todo el esfuerzo ha merecido la pena.
Pico Wuaynapicchu: 2693 metros |
Al llegar te sientes un privilegiado. No hay palabras para
describirlo. Además, aquí arriba hay unas cuantas casitas incas. Impresionante
lo que hacía esta cultura.
¡Campeón! |
Después de hacer fotos y tomarnos nuestro tiempo para
admirar esta maravilla, comenzamos a descender. El primer tramo de escaleras es
delicado, pero despacio y con mucho cuidado no es peligroso. Al llegar otra vez
a la entrada, firmamos en el libro de registro para que no nos tengan que
buscar, y continuamos la visita a la ciudadela. En total tres horitas.
Si alguien viene y se anima a subir a Wuaynapicchu, nuestra
opinión es que el mejor horario es el de las 7. Conforme vas subiendo ves como
va apareciendo la ciudadela y además no hace tanto calor como a las 10, que es
cuando empieza el siguiente grupo a subir.
Continuamos visitando la ciudadela, pasamos por el templo del Cóndor, las casas incas, las
fuentes, el templo del sol, los qolqas (depósitos) y el sector agrícola este.
Seguimos asombrados de cómo pudieron construir esta ciudad aquí.
Salimos a tomar un refrigerio, que después de tanto
esfuerzo, nos lo hemos ganado!
Antes de marcharnos, volvemos al recinto del guardián para
volver a tomar la típica foto, esta vez sin niebla.
El pico del fondo es el Wuaynapicchu. Sí, hasta allí subimos. |
Tomamos el bus y volvemos al hotel para darnos una ducha y
comer. Sueño conseguido.
No es posible elegir entre todas las maravillas que hemos
visto, pues cada una tiene su encanto: las Pirámides, el Coliseo, el Taj Mahal,
Petra. Pero por la ubicación y grandeza, quizás sea la que más nos ha
impresionado.
Merece la pena madrugar ya que parece que existan dos
MachuPicchu: el de primera hora, misterioso; y el de media mañana, imponente y brillante.
1 comentario:
muy bien chicos!!!
seguid disfrutando del viaje y haciendonos disfrutar a nosotros también.
un besote
Rafa
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