sábado, 31 de agosto de 2013

29 - 30 - 31 Agosto. Lima y vuelta a casa

Nuestro último día en Perú, comienza nublado y con un breve paseo por los acantilados de Miraflores, donde además de coincidir con una pareja de Zaragoza, vemos a los flipadillos de turno haciendo parapente y volvemos a reencontrarnos con nuestro amigo el pacífico, al que hace muchos días que dejamos atrás. Las vistas son bonitas, pero el día no acompaña.


Tomamos un bus de línea y tras veinte minutos de atascos, frenazos y toques de claxon, nos bajamos cerca del Palacio de Justicia, y comenzamos a caminar por el centro de Lima hasta su Plaza Mayor (o Plaza de Armas).
La zona cercana a Plaza de Armas, está llena de edificios pintorescos con balcones coloniales, pero al igual que ocurre en otras ciudades, la mayoría de ellos ocupados por restaurantes, centros comerciales y tiendas, por lo que pierden parte de su encanto.


La Plaza de Armas, es bastante bonita. Está flanqueada por la Catedral con el Palacio Episcopal a un lado, el Palacio de la Republica a otro. Los otros dos lados los ocupan dos edificios pintados en blanco y amarillo, que le dan un toque muy discreto al lugar.

Además de callejear, visitamos la Catedral. Por la tarde, tras la comida, nos encontramos con la procesión de Santa Rosa de Lima. Han cortado Plaza de Armas y está llena de policías con uniforme esperando su paso. Continuamos el camino para visitar la Iglesia y el monasterio de San Francisco de Asís y sus famosas catacumbas, donde se enterraron más de 25.000 limeños hace más de 500 años. Y en las que todavía se pueden ver los huesos de esos cadáveres, eso sí, muy ordenados según el tipo de hueso.


Después vuelta a Miraflores en otro autobús, último ceviche y última causa para cenar y al hostel.
A las 11.30 nos recoge el taxi para ir al aeropuerto. A partir de ahí, una larga noche esperando a que el vuelo AA2110 con destino a Miami permita hacer el check-in y podamos embarcar.
A partir de ahí y si todo va bien, enlace a Madrid y bus a Zaragoza. El resto, otro largo año hasta poder contaros otro de nuestros viajes.

Esperamos que hayáis disfrutado con nosotros y gracias por vuestros comentarios y por haber estado ahí durante todos estos días. No os imagináis lo que se agradece.

Próxima parada en el camino… ¿Quién sabe? ¡Hasta la próxima!

28 - Agosto. Iquitos - Lima

Última mañana (o mejor media mañana) en Iquitos y principio de la última etapa de nuestra aventura peruana.
No queremos irnos de Iquitos sin visitar el barrio de Belén, primero por lo pintoresco que resulta con su mercado y sus casas flotantes, y segundo porque después de estar recortando cartulinas durante varios días para el proyecto de Minidomund de los chicos de clase Elba, es algo que debemos hacer.
Debido a estar en la época seca, lo de navegar para ver las casas flotantes, no resulta demasiado interesante, por lo que decidimos pasear por su mercado y ver la parte baja del barrio desde alguna de las escaleras por las que se puede acceder a él.



El mercado resulta de lo más pintoresco: puestos de frutas, condimentos, pollos, carnes de mono, tortuga…, pescados, ropa, herramientas, y llegados al pasaje Paquito: bebidas a base de uñas de gato, 7 hierbas, y cualquier otro brebaje que podáis imaginar. Creo que una visita por él resulta imprescindible si se hace una parada en Iquitos. Esta vez, nos fuimos sin probar ni comprar nada.
 



Tras la visita, terminamos nuestras mochilas, dejamos aquellas cosas que no nos iban a ser necesarias a partir de ahí en un albergue de familias pobres y pusimos rumbo al aeropuerto en nuestro último viaje en tuc-tuc.
Tras un vuelo sin incidencias y con parada técnica en Pucallpa, llegamos a Lima. La capital nos recibe por tercera vez, y lo hace como las dos anteriores con bruma y nubes, algo que debe ser más típico aquí que el cierzo en Zaragoza.
Decidimos alojarnos en Miraflores, que parece una zona más tranquila que el centro, y lo hacemos en un modesto hostel muy cercano a los acantilados.
Aprovechamos la tarde para visitar las ruinas de Huaca Pucllana. Corresponden a un antiguo templo de la civilización Lima dedicado a la adoración de la mar, y ocupado posteriormente por los waris.

Después un breve paseo por el barrio y a cenar los mejores anticuchos de Lima. Fuimos al local de los anticuchos de la tía Grima, quién por motivos vecinales pasó de tener un puesto callejero, a un pequeño y moderno local frente al restaurante La Mar del chef Gastón Acurio (el mismo que el Chicha de Cuzco). Qué cosas.
Seguro que os lo preguntáis. Primero mirad que aspecto tienen.
Y ahora leed: los anticuchos son brochetas de corazón de vacuno. No pongáis cara de asco. Están impresionantes.

25 - 26 - 27 - Agosto. Tres días en la selva amazónica

Comenzamos nuestra ruta por la selva amazónica a las 9 en la agencia. Allí nos presentan al que va a ser nuestro guía, Max, y tomamos el tuctuc para ir al embarcadero. Nos acompaña una pareja cincuentona de Lima, que se han venido aquí para celebrar el cumpleaños de la señora.



Por el camino hacia el Amazonas nos va explicando la vegetación de los alrededores, el color de las aguas (algunos afluentes tienen el agua marrón y otros negra, debido al origen del mismo), los diferentes animales que viven en esta zona… A mitad de camino Elba divisa unos delfines, y no se equivoca. Paran un poco el bote y allí están. Hay delfines grises y uno rosado. Se cree que la especie gris quedó atrapada aquí cuando los movimientos de tierra crearon este río. Consiguieron adaptarse y vivir en agua dulce. Nos desviamos del Amazonas para coger el afluente Yanayacu, lugar donde están nuestras cabañas. Hacemos la primera parada para cruzar un poblado y llegar a otro pequeño embarcadero para ir a nuestro Lodge. Unos 20 minutos más de paseo y por fin llegamos a nuestro destino. Pasamos por un puente construido con un par de troncos y aquí esta nuestro pequeño paraíso de tres días.




Después de acomodarnos en nuestra “suite” vamos a dar un paseo por el bosque de al lado para que nos enseñen las Wimbas (árboles que dan nombre a la compañía que hemos elegido) y diferentes plantas medicinales.



Terminado el paseo comemos, y aunque con esta compañía no ofrecían bufet, la comida está riquísma. Hay otras 6 personas más en el lodge. Conocemos a un chico argentino que lleva aquí un día y está encantado. Nuestra primera impresión es muy buena, parece que hemos acertado con la elección.
Después de comer, volvemos a coger el bote para ir a ver el seiba o lupuna, el árbol más grande de la selva amazónica. Aunque vamos todos juntos en el bote, cuando llegamos cada grupo se va con su guía, así que estamos encantados. Por el camino vemos más Wimbas y de ellas cuelgan lianas, que son plantas constrictoras. Nos balanceamos en ellas y seguimos el camino hasta nuestro destino. Somos los primeros en llegar y podemos disfrutar de este majestuoso árbol. Las lianas que cuelgan de él son mucho mayores y aquí sí que imitamos a Tarzán.



Una vez terminada la excursión nos llevan a otro poblado y eso ya no nos gusta tanto. Vamos todos juntos y simplemente estamos en una plaza viendo como juegan al fútbol… Después esperamos a que nuestros compañeros se bañen. Nosotros no queremos, ni tampoco tener que estar esperando al resto. Por eso no habíamos elegido el resto de compañías. Al llegar al lodge, hablamos con Max y parece que no hay problema para hacer excursiones y ver todo lo que queríamos, así que nos quedamos más tranquilos. Por la noche nos tocaba paseo nocturno para ver insectos y tarántulas, pero a pesar de estar en la época seca, se pone a llover y no podemos hacerla, así que nos vamos a dormir esperando que mañana haga mejor tiempo…



Nos levantamos y sigue lloviendo… Desayunamos un poco asustados por miedo a no poder hacer nuestra excursión, pero Max nos alegra la mañana porque no hay problema para hacer la excursión.
Hacemos la mochila, nos ponemos el chubasquero y las botas y vamos con Max y Juanito (aprendiz de guía) a comenzar nuestra excursión. Nuestro objetivo es una laguna para ver las Victoria Regia, plantas acuáticas más grandes del Amazonas. Después de una media hora en barca bajamos en una orilla y con dos remos y el machete de Max comenzamos la caminata. Disfrutamos de la caminata a pesar de la lluvia que por momentos es intensa. Vemos más plantas nuevas y pronto se cruza en nuestro camino un tramo inundado. Pasamos por troncos sumergidos, otros que improvisa Max en el momento… Y así otros 5 ó 6. Para cruzarlos utilizamos los remos como bastones y un par de palos. No nos esperábamos algo así, pero nos encanta. Con mucho cuidado vamos avanzando… Por el camino podemos ver unos cuantos monos ardilla, que van de árbol en árbol.


Y por fin, después de unas 2 horas, llegamos a una gran laguna. Allí se encuentra la Victoria Regia. Estamos solos, disfrutamos del paseo, aquí en medio del Amazonas y solos los cuatro. ¡Impresionante!





Tras dar la vuelta a la laguna y ver algunas especies de aves, regresamos hacia la orilla en la que nos dejaron. Y esta vez no hay tanta destreza… Primer aviso, ¡una pierna al agua! Y… colofón del paseo: ¡Paquito al agua! Con un poco de esfuerzo consigue subir de nuevo al tronco y continuamos el camino. Al poco Elba pisa en un trozo de árbol podrido y se hunde hasta la rodilla… Nos echamos unas risas, y Max y Juanito deben de estar partiéndose de la risa todavía con los dos gringos aventureros… Por fin llegamos a la orilla y a las 2 estamos de vuelta en el lodge.

Reponemos fuerzas con la rica comida y hacemos la excursión con el resto de excursionistas a la isla de los monos. Es un centro de recuperación de animales en el que se encuentras además de diferentes especies de monos, loros, tucanes, y una anaconda…





Después volvemos al Amazonas para divisar delfines, y volvemos a verlos. Mientras algunos se dan un baño y se llenan de barro, nosotros disfrutamos del paisaje.


Después de la cena, vamos a hacer el paseo nocturno, que no pudimos hacer ayer por la lluvia, para encontrar insectos y animales nocturnos, como ranas, tarántulas, insectos palo, y un escorpión hábilmente encontrado por “Elba de la jungla”. También ha resultado bonito. Nos quedará pendiente para otra vez la búsqueda nocturna de caimanes.





A la mañana siguiente y aún riéndonos de las caídas del día anterior toca remar para oír aves y ver amanecer, pescar y visitar a los Yaguas. Lo primero sólo lo hacemos a medias, ya que el día al igual que los anteriores sale nublado. La pesca se la da mejor a Paquito, que consigue dos peces y una piraña. Elba, nada de nada… Y lo último es un poco circo. Se supone que es una comunidad indígena que trata de conservar sus costumbres, pero es un teatrillo.






Después de comer, deshacemos el camino del primer día y llegamos a Iquitos. Vamos a la compañía aérea para que nos den las tarjetas de embarque, vemos las casas coloniales y después de cenar,  volvemos  a hacer las mochilas. Mañana, haremos nuestro último viaje rumbo a Lima.



domingo, 25 de agosto de 2013

23- 24 Agosto - Iquitos

El día 23 madrugamos más de lo normal, a las 5:15, ya que nos esperan dos vuelos hasta llegar a Iquitos. A las 6 estamos en el aeropuerto, y gracias a que fuimos a la oficina de Cuzco a sacar nuestras tarjetas de embarque, no tenemos que esperar mucho. Damos una minivuelta por el aeropuerto y vamos a la puerta de embarque. El vuelo hasta Lima es tranquilo, echamos unas cabezadas y a lo que nos damos cuenta estamos recogiendo el equipaje. Volvemos a hacer la misma operación pero esta vez nos da tiempo de sobras para almorzar un sándwich en el McDonald’s.
La espera se nos hace un poco larga, y el vuelo también ya que hacemos escala a mitad de camino. Eso sí, nos echamos unas risas nerviosas en ambos vuelos cuando estamos aterrizado. En los dos vuelos un par de “listos” se ponen a hablar por el móvil. No nos lo podíamos creer.
Una vez recogido el equipaje, cogemos un mototaxi rumbo a la Plaza de Armas. Nos gusta mucho este cambio de aires. Es un poco India pero más avanzada, aunque hay muchas cosas que nos recuerdan a ella. Y por fin, podemos abandonar el polar que nos ha acompañado todo el viaje. Aquí hace calor, calor, calor. Y húmedo, así que no paramos de sudar, aunque se agradece después de tantos días con frío.

Tras varios intentos, cogemos el hotel, y cuando vamos a hacer el cheking, el propietario le dice a la recepcionista que nos cambie de habitación a una con terraza y vistas al río Itaya, que es temporada baja y por el mismo precio estaremos mejor. ¡Qué majo! La primera habitación estaba bien, pero esta es increíble.


Después de la ducha vamos a contratar nuestra excursión de tres días por el Amazonas. Visitamos tres agencias, y en cada una de las dos primeras estamos una hora… Acabamos con la cabeza como un bombo… Pero decidimos ir a preguntar a la última que teníamos apuntada. Que por cierto, es la que salió en callejeros en Cuatro. Al llegar nos atiende la española del programa, y la verdad es que nos lo cuenta de manera breve y clara. La zona y las fotos parecen menos Benidorm turístico del Amazonas, lo cual nos convence. Además nos hace buen precio, así que decidimos resérvalo…
La última consulta es un sitio donde ir a cenar y terminamos el día probando una brocheta mixta que incluye un pedazo de lagarto. Muy buena!

Hoy, aprovechando que teníamos los deberes hechos, nos lo hemos tomado con más calma. Nos hemos despertado para ver amanecer, aunque hemos seguido durmiendo unas cuantas horas más...

Tras un buen descanso hemos comenzado nuestra ruta de Iquitos. Como no podía ser de otra forma, en la oficina de turismo.
Nuestra siguiente visita nos ha llevado al centro de rescate amazónico, donde se dedican fundamentalmente a la recuperación del manití amazónico, que se encuentra en peligro de extinción. El sitio se encuentra un poco alejado, y nuestro “motorista” no tenía muy claro cómo llegar, pero al final lo ha logrado.
La visita ha resultado muy agradable y al final hemos podido tocar y dar de comer a estos simpáticos animales.

Después, vuelta a cruzar toda la ciudad hasta el puerto de Bellavista-Nanay, para tomar un bote colectivo y visitar en el pueblo de Padre Cocha el Mariposario Pilpintuwasi, donde se dedican a la cría y reproducción de unas siete especies de mariposas del amazonas peruano.
 Además también se hacen cargo del cuidado de otros animales, como diferentes especies de monos, perezosos, aves y hasta un jaguar.




Terminada la visita y justo al llegar al embarcadero, nos visita la lluvia por primera vez en este viaje.
No llueve demasiado, pero dentro de una barca colectiva que cruza el río durante al menos 15 minutos, pues resulta, al menos inquietante.
Llegamos a nuestro destino, y tras un intento de comer junto al embarcadero (donde el menú varía desde larvas a caimán, pasando por varios tipos de pescado, volvemos a la zona de plaza de armas y buscamos un sitio para comer. Tras la comida un paseo tranquilo para visitar los puntos indicados en el mapa turístico, y al hotel a preparar nuestra aventura amazónica. ¡Hasta dentro de tres días!

Comienzo del Barrio de Belén.

Tras varios intentos durante el día de descubrir la residencia de nuestro querido Obispo, no hemos tenido suerte!


Nota: ¡Muchísimas felicidades Pepón! Que pases un buen día