Despedida de Pokhara

Los ultimos dos dias en Pokhara los hemos disfrutado de una forma menos "turistica".

El sabado, despues del madrugon del dia anterior, nos levantamos un poco mas tarde dispuestos a subir la Pagoda de la Paz Mundial. La primera aventura fue encontrar la "parada de barcas". Fuimos lago arriba y despues lago abajo hasta que vimos el que nos senalaba la guia. Una vez pagadas las correspondientes rupias, un chico muy majete con la camiseta del Milan, nos llevo hasta la otra orilla del lago para comenzar la andada. A Paquito le ofrecieron llevar la barca muy romanticamente pero declino la invitacion.

Parecia que la cosa iba a ser facil, pero al poco de empezar el ascenso la humedad y el calor hicieron mella en Elba. A duras penas y despues de comer un poco de chocolate de L'Ainsa, continuamos el camino hasta llegar a la Pagoda hora y cuarto despues de haber empezado a andar. En un dia bueno se puede ver la Cordillera Himalaya, pero no hubo tanta suerte como el dia anterior.

La verdad es que merecio la pena. La bajada fue mucho mas relajada. A la vuelta le dijimos al nuestro remero si podia pararnos en un templete que hay en una isla en mitad del lago (y asi nos ahorrabamos un viajecito mas), y muy majo nos llevo. Asi que dimos una vuelta, aunque tampoco es que fuera gran cosa.

Despues de la paliza, fuimos al hotel para darnos una ducha y tratar de secar la ropa que llevabamos puesta. Fuimos a comer, y aunque el plan inicial era ir a ver una colonia tibetana que hay cerca, se nos hizo tarde para ver la hora de la oracion. Asi que lo dejamos para el Domingo.

Para recuperarnos de la "paliza" de los dos ultimos dias, fuimos a darnos un masaje un tanto especial. Primero por tratarse de un masaje sueco en Nepal; y segundo porque era una asociacion que ha formado a chicos deficientes visuales para poder darles un trabajo. Es una idea a estudiar para poder poner en practica con nuestros chicos de Mundgod. La verdad es que nos dejaron nuevos!!!

Mi masajista

Despues dimos un paseo por el parque y finalmente hicimos unas compras. Para no perder la costumbre, hicieron su aparicion los monzones. Asi que por la noche,  de vuelta al hotel, acabamos un poco mojados.

El Domingo, y tras multiples suplicas, que siempre negare, Elba accedio a que alquilaramos unas bicis para visitar algunas de las cosas que nos quedaban pendientes.
El dia comenzo con unos huevos fritos y unos cereales (despues de lo del sabado no podiamos arriesgarnos a otra pajara). Despues, alquilamos las bicis, de esas con cambios y timbre, como solo saben hacerlas los indios, y empezamos ruta.
Nuestro primer destino: las Devi Falls. Unas cataratas majas en las que un arroyo desaparece bajo tierra. Lo peor: que tuvimos que pagar ticket de aparcamiento hastapara las bicicletas!!

Cerca de las cataratas, se encontraba el Tashi Ling, un pequeno asentamiento tibetano, en el que mientras yo daba una vuelta a ver que habia, Elba se echaba un par de amigos de la localidad, con los que muy amigablemente estuvimos hablando mientras descansabamos a la sombra. Fue curioso sentir lo cercanos y amables que eran con nosotros. Lamentablemente tuvimos que seguir con nuestra ruta.

El calor apretaba, asi que la mini visita a las Cuevas de Gupteshwor Mahadev, nos alivio un poco, porque otra cosa no. Supuestamente hay dos galerias. La segunda conecta con la cascada pero en epoca de monzones la cierran. Y la verdad la primera por si sola no vale mucho.

Despues una parada tecnica para reponer fuerzas antes de la ultima gran visita. Incluida por Paquito con calzador en el planning: el Museo Internacional de Montana. La idea es buena, pero como todo en este pais esta pendiente de un mejor desarrollo. Primero que casi no sale en el mapa, y llegar a el no es precisamente facil, y segundo, que el contenido podria ir ampliandose mas frecuentemente. A pesar de todo nos gusto la visita.

Por ultimo, y para que no se nos hiciera tarde como el dia anterior, cogimos un taxi para ver el asentamiento tibetano mas grande cerca de Pokhra: Thasi Palkhel. Como no habiamos comido  y en la guia dice que los monjes hacen las Pujas de 3 a 5, nada mas llegar fuimos a buscar un sitio para el lunch. El que venia de referencia estaba cerrado, y aunque un lugareno trato de ayudarnos a encontrar a alguien en ese restaurante, al final salio una chica que nos dijo que no era posible. Asi que no metimos en un local habilitado para dar de comer y nos pedimos unos momos. Que hay que decir que han sido los mejores que hemos tomado, asi que hasta que no veamos a Dorjee, no los volveremos a probar. En fin, terminamos y fuimos al Monasterio. A la derecha habia un salon en el que entraba y salia gente con sus ruedas de oracion. Cotilleamos un poco y a pesar de que nos invitaron a entrar, no quisimos molestar y continuamos nuestra visita. Al entrar al Monasterio, nos encontramos con que la puerta estaba cerrada, aunque enseguida vino un Monje, que nos lo abrio y enseno. Ahi nos enteramos que como era domingo, la Puja era solo hasta las 4, asi que nos quedamos sin verla.

Al salir, vimos a muchos monjes dirigirse hacia un "campo de futbol" al lado del salon de oracion. Los monjes iban a jugar un partido de futbol, y Paquito se animo a participar. Pero su debut en Nepal debera esperar, porque comenzo a diluviar y no marchamos corriendo al taxi. Eso si, ellos se quedaron jugando que para eso era su dia de fiesta.

Esta fue nuestra despedida de Pokhara, lugar que nos ha encantado. Salir de la capital y llegar a una ciudad, que mas bien era como un pueblo grande ha sido una gran idea. Lo mejor, empaparnos de la amabilidad y alegria de la gente; salir de las rutas turisticas y tomar contacto con la gente autentica del pais y tratar de descubrir como es su dia a dia.

Quizas sea porque veniamos con la mentalidad de la India y esperabamos algo similar, pero conforme ha ido avanzando nuestra estancia aqui, nos hemos dado cuenta que hay diferencias, sobretodo en la forma de ser de los nepalies.
Aunque no hayamos visto tanta pobreza, tambien existen historias que te hacen reflexionar acerca de nuestra forma de ver la vida. Ninos que han perdido a sus padres y acompanan a su abuela todos los dias a recoger manzanas para poder comer algo ese dia, ninos cargando en su cabeza y espalda no se cuanto peso, cientos de personas exiliadas de su pais y que hacen lo que pueden para ganarse la vida... Historias e imagenes para reflexionar.