martes, 20 de septiembre de 2011

Delhi. Fin de fiesta

Subimos al tren en Jaipur, sabiendo que era la última etapa de nuestro viaje. Lo cual no significaba que fuese a ser ni mucho menos tranquila.

La cosa no empezó muy bien. Al subir al tren y justo en nuestro compartimento, y en nuestras "camas" (esta vez teníamos literas bajas), había toda una familia made in India, cenando. Obviamente, una cena made in India y al estilo made in India, con lo cual tuvimos que, primero echarlos educádamente de nuestros sitios, y luego limpiar un poquito los restos de grasilla que habían dejado. Después nos toca de compañero un tipo pelín raro con unos temas de conversación pelín raros, así que decidimos irnos a dormir, momento en el que hicieron aparición nuestras siguientes compañeras de viaje: unas pequeñas y juguetonas cucarachas. Nos rociamos de repelente, y nos metemos en los sacos de dormir, con la esperanza de no tener ninguna visita a lo largo de la noche. Tuvimos suerte, ya que los bichitos no nos molestaron. Pero a las dos horas de empezar a dormir, otra educada familia india subió al tren justo en nuestro compartimento, improvisando una bonita tertulia que duró por lo menos media horita.

Por fin a las 3 y media de la mañana llegamos a Delhi. Y, menos mal que la familia que subió a mitad de noche nos ayudó para saber que habíamos llegado. Cogemos un ricksaw para ir a la zona de mochileros y buscar un hotel donde darnos una ducha y descansar un buen rato. Aunque la verdad es que no fue tarea fácil. El conductor no sabía muy bien donde estaba el hotel que le decíamos y después de una cuantas vueltas, encontramos a unos señores que estaban descargando materiales de obra y le indicaron donde dejarnos.


Nos levantamos tarde y a la una y pico, dejamos las mochilas en el hotel. Comemos en un restaurante cercano, y comenzamos nuestro último paseo por Delhi. Esta vez, decidimos conocer el Lotus Temple, una casa de adoración de la fe Bahá'i, en el que tienen cabida todas las religiones. La propuesta parece interesante, y la verdad es que el centro lo tienen bastante bien montado.


A la vuelta, aprovechamos para hacer las últimas compras, y nos dirigimos andando con las mochilas a la parada de metro de la estación de Nueva Delhi (justo al lado del hotel), para coger la línea que nos llevará al aeropuerto. Esta línea estaba en obras cuando vinimos hace dos años, y se nota porque todo está casi, casi, a estrenar. Y es un adelanto enorme, porque en 20 minutos estamos en el aeropuerto.

Facturamos, rellenamos el papelito de inmigración, y entramos a la zona de embarque. Ya no hay vuelta atrás, el viaje llega a su fin.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Jaipur. Capital del Rajastán

Tras la agradable estancia en Udaipur, nos queda dar los últimos coletazos a nuestra estancia en India. Primero visita relámpago a Jaipur y por fin llegada a Delhi para apurar las últimas horas de estas vacaciones.

Tras un viaje en "slepper" bastante tranquilo, pero con muchísimo calor, llegamos a Jaipur sobre las 6.00 de la mañana, con el objetivo de hacer que el día nos cunda lo máximo posible. Así que tras un triste "chai" en una cafetería de la estación, echamos a andar hacia el centro de la ciudad, para buscar cualquier restaurante en el que poder desayunar algo. Tras dos primeros intentos fallidos, descubrimos que la tarea va a ser difícil. Por fin, tras casi hora y media "paseando" por fuera de la muralla de la ciudad, conseguimos desayunar.
Con energía renovada, buscamos un ricksaw, con la idea de tenerlo toda la mañana para nosotros, y pusimos rumbo al fuerte de Amber.

Llegamos a la entrada compartiendo las últimas rampas de acceso con los elefantes que usan para llevar a los turistas desde las faldas de la colina hasta la plaza del castillo. Sacamos una entrada combinada para varios monumentos de la ciudad, y comenzamos la visita utilizando la guía, aunque enseguida pasamos a ir a nuestro aire, esquivando a los grupos de turistas grandes, pero haciendo oreja cuando oíamos a algún guía chapurrear español. El fuerte es espectacular, así que lo disfrutamos hasta más de media mañana.


Tras el fuerte, discusión con el conductor, ya que como le habíamos dicho de estar con él hasta las 14.00 y todavía eran las 12.30, decidimos parar en los cenotafios de los maharajás. Pero según él, sólo lo habíamos "contratado" hasta las doce. Así que llegamos a un segundo acuerdo: nos lleva donde queríamos, pero ya no nos espera a la vuelta. Tras la visita, andamos un rato hasta una zona de civilización y otro ricksaw para volver al centro.

La última visita antes de comer fue el Palacio de los vientos. Un palacete en medio de la ciudad, muy típico y bastante chulo. Después parada a comer en un restaurante de snacks, recomendado por un autóctono, en el que mucho extranjero no debía entrar, porque nada más poner un pie dentro, todo el mundo nos miró bastante extrañado.



Tras el picoteo, visitamos lo que para lo dos fue la gran sorpresa de Jaipur (sorpresa positiva, claro), el Jantar Mantar. Un observatorio en el que todos los instrumentos, son construcciones de un tamaño enorme!!!! Aquí, hasta nos cogimos audioguía para intentar enterarnos lo que era cada instrumento.










Para acabar de ver todo lo previsto, subimos al Iswari Minar y visitamos el Albert Hall. Después recorrimos los porches de los diferentes bazaares y tras asistir a un festival callejero bastante colorido y peculiar, decidimos dar por finalizada nuestra visita express a Jaipur y nos desplazamos hasta la estación de trenes. La aventura de este año, va llegando a su fin